Aprendizaje en línea que funciona: lo que debes saber
En la actualidad muchas de las escuelas y universidades han trasladado sus cursos y programas a un modelo totalmente a distancia a partir del uso de la tecnología. Escuelas que brindaban servicios de tutoría y preparación para exámenes estandarizados, como el GMAT y el GRE, han optado por ofrecer sus cursos de manera virtual. Sin embargo, un programa que originalmente fue diseñado para ocurrir cara a cara en un aula, no puede transferirse directamente a entornos virtuales, esperando que se logren de igual manera los objetivos de aprendizaje.
En el caso de la educación presencial, existen programas de instrucción con buenos resultados, que se basan en una serie de sesiones en el aula donde el instructor presenta los contenidos y plantea ejercicios que luego se resuelven en el pizarrón. Estos esquemas incluyen además el uso de guías de ejercicios para ser resueltos de manera independiente, tipo tarea, y, si surgen dudas se aclaran en sesiones posteriores en el aula.
La situación mundial, en el contexto de la pandemia, ha hecho imposible que estas sesiones presenciales en el salón de clases, que utilizan recursos como pizarrones, puedan ocurrir regularmente y ha obligado a trasladarlas a espacios de videoconferencia, como Zoom, Webex, o inclusive Facebook Live. Estas adaptaciones no necesariamente consideran elementos de interactividad, indispensables en las sesiones en línea, que no son tan relevantes en clases tradicionales.
El tiempo de atención del estudiante se reduce al estar frente a un dispositivo en un espacio físico distinto al salón de clases. Por ello, el instructor requiere habilidades específicas para el uso de pizarras electrónicas y para moderar la interacción con los participantes, ya sea de forma escrita u oral. Los minutos efectivos en una sesión presencial se convierten en mucho menos tiempo productivo en lecciones virtuales, por lo que el diferencial de los resultados entre el programa original y el trasladado al mundo online es muy notorio, a pesar de que el estudiante siga invirtiendo el mismo tiempo en prepararse.
Existen varios factores que hacen que la enseñanza virtual ocurra de forma muy distinta a la educación presencial, lo que evidencia por qué se debe tener una planeación estructurada del contenido que se impartirá online. Este tipo de educación ha existido desde los años 90, a través de distintas plataformas y con el uso de diversos recursos, que han ido modernizándose y adaptándose a las necesidades actuales. ¿Cuáles son los puntos que hacen que un curso online sea efectivo? A continuación se describen.
Los programas que se crean para impartirse en línea desde su origen, contienen elementos que los hacen robustos y fluidos, en los que se pone al centro y como protagonista al estudiante. Éstos incluyen, trabajo previo a las sesiones de clase, sesiones en tiempo real y con contacto directo con el instructor, ejercicios de práctica y explicaciones interactivas, entre otros. Esta serie de recursos es la que va llevando de la mano al individuo por diversas actividades y experiencias, en las que adquieres conocimientos, los aplicas y tienes oportunidad de practicarlos. Para que esto suceda, debe de haber una planeación perfecta del tiempo que dedicará al estudio a través de distintos componentes, considerando las secuencias de aprendizaje con las que podrá interiorizar el conocimiento para desarrollar las habilidades esperadas.
Preparación Previa
Las sesiones en tiempo real deben ser precedidas por un estudio y preparación individual que permitan al estudiante tener las bases de lo que se abordará en las sesiones. Específicamente en cursos de preparación para exámenes estandarizados, como lo son el GMAT y el GRE, los grupos son muy heterogéneos al venir de entornos y disciplinas muy variados. El trabajo previo permite a cada estudiante tomarse el tiempo necesario para abordar los temas base y dominarlos, garantizando así que en las sesiones sincrónicas se puede llegar al nivel esperado sin perder la atención de los participantes.
Clase en línea
La sesión en tiempo real debe ser dinámica e interactiva, con un balance óptimo entre la guía y explicación del profesor, y la práctica o las actividades “hands on” donde el estudiante pueda tomar acción. Idealmente, cada práctica o actividad debe ser retroalimentada de manera inmediata para que el estudiante tenga oportunidad de preguntar cualquier duda y medir su avance.
Práctica y dominio
Al terminar las sesiones, los estudiantes deben tener acceso a ejercicios tipo examen que les permitan poner en práctica lo aprendido. Además, un recurso valioso, que no se tiene en una clase presencial, es el acceso a la grabación, donde el estudiante pueda repasar alguna explicación o volver a intentar un ejercicio, moderando el tiempo que se destina a éste.
Cada estudiante podrá invertir el tiempo necesario en la práctica e ir avanzando de manera independiente en su estudio, teniendo acceso a algún método para aclarar dudas o comentar. Los programas que han sido diseñados desde su origen para ofrecerse en entornos virtuales, contienen componentes como foros, comunidades o sesiones virtuales, donde son los mismos estudiantes quienes dictan la pauta de los temas y el ritmo. Ésto, tomando distintos roles al plantear preguntas, responder dudas de otros compañeros, o comentar sobre procesos alternativos para la resolución de determinadas tareas o ejercicios.
Adicionalmente, un programa online bien diseñando comprende perfectamente la manera en que aprende cada individuo, y es lo suficientemente flexible y versátil para que cada estudiante obtenga más de lo que necesita.
Por ejemplo, para algunos, los videos explicativos serán muy claros y directos para comprender la estrategia. Existe otro tipo de estudiantes que asimilan mejor la información al leer explicaciones o diagramas del proceso a resolver. Al hacer la planeación de un programa online, se consideran diversos elementos y formatos que puedan consultarse de manera individual, atendiendo distintos estilos de aprendizaje.
Las plataformas y aplicaciones de contenido asíncrono, principalmente videos y ejercicios, probablemente se basan en algunos de los elementos que brinda la tecnología, al poner muchas versiones de ejercicios y dar acceso a los estudiantes a escuchar y leer las explicaciones de manera ilimitada. Probablemente has consultado sitios como Khan Academy para aprender o practicar algún tema de matemáticas. La manera en que se explica el contenido y se presentan ejercicios es bastante efectiva para tener las bases de conocimiento, pero para poder profundizar en la competencia y dominar las estrategias se requiere mucho más esfuerzo y dominio del tema.
Por otro lado, el trabajo que se hace en un curso online podría resultar un proceso solitario. Está demostrado que la interacción con pares es benéfica para el desarrollo de las habilidades de razonamiento en las que se basan el GMAT y GRE. Por ello, un programa online debe contar con recursos donde pueda darse esa interacción de manera coordinada y asertiva, como naturalmente sucede en un salón de clases.
Todos los elementos mencionados anteriormente conforman un conjunto de herramientas que influyen en el éxito de un programa online. Todos los recursos que se ponen a disposición, así como el plan clases y actividades que se plantean, son el resultado de horas de diseño de un equipo de expertos, que incluye a los profesores especializados en la enseñanza de cierto tema, los creadores de contenido y, en muchos casos, diseñadores instruccionales. Éstos últimos trabajan en una solución o sistema de aprendizaje, con un eje central que normalmente son las sesiones sincrónicas, soportado por muchos otros componentes que harán un proceso robusto y eficiente, considerando herramientas que mantengan el interés y motivación del aprendiz.
En los entornos virtuales todo está más planeado y controlado, dejando menos espacio para improvisar o resolver sobre la marcha, como ocurre en algunos cursos presenciales. Los materiales han sido creados y cuidadosamente validados para ir cumpliendo con objetivos instruccionales, los cuales garantizan el desarrollo de las competencias que resultan en un avance en el puntaje de las diversas secciones de los exámenes.
Si estás considerando prepararte en línea para presentar el GMAT o GRE, te recomendamos revisar minuciosamente los elementos que incluye la preparación y conocer la estructura del programa, cuidando que haya sido diseñado para impartirse en este formato, y no sea la extrapolación de un curso presencial impartido a través de plataformas de videoconferencia.
Sabemos que muchos de los estudiantes que se preparan para los exámenes de admisión a posgrado tienen compromisos personales y profesionales que limitan el tiempo de estudio y práctica, por lo que la preparación debe ser enfocada y estratégica. Un curso online conjunta varios elementos que ayudan a cumplir el objetivo, ya que las sesiones son muy intencionales, y la práctica a través de ejercicios en plataformas inteligentes presentarán a los estudiantes las acciones a seguir para avanzar consistentemente haciendo que cada minuto invertido en la preparación sea efectivo.
Antes de comenzar un curso en línea, revisa mucho más allá de las horas de clase: revisa los contenidos, el acceso a foros para resolver dudas y obtener el apoyo de tus pares, el contar con ejercicios de práctica y sesiones de asesoría que sirvan de guía para saber cómo invertir tu tiempo y medir tu avance. Visualiza la inversión de tu tiempo como el recurso más valioso que tienes al prepárate para este reto.
Referencias
Forman, E. (1989). The role of peer interaction in the social construction of mathematical knowledge. International Journal of Educational Research.
Hooper, S. (2010). Effects of Peer Interaction During Computer-Based Mathematics Instruction. The Journal of Educational Research. 85(3), 180-189
Ortiz, V., Torres, J. & Cuevas, R. (2013). Entornos Virtuales de Enseñanza y Aprendizaje: La Educación entre lo Presencial y lo Virtual. Revista Vínculos. 10(2), 435-442.