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5 errores al preparar la admisión al aplicar a un MBA en las mejores universidades

En Scholastica nos respalda la experiencia: tanto los años de guía como el  hecho de haber sido admitidos y egresados de grandes universidades, nos han dado todo el conocimiento y ahora te lo compartimos. Ya habiendo elegido uno o varios programas a los cuales aplicar, tendrás que armar tu portafolio de admisión; estos son algunos de los errores comunes que los candidatos tienen por falsos mitos.

1. Esperar a los últimos rounds de aplicación para tener más tiempo para prepararte:

Para empezar, muchas veces esperarte al último round te sorprenderá para mal. Si realmente te has tomado el tiempo de investigar, ya debes saber que los últimos rounds están sugeridos para los prospectos que residen en  el lugar de la universidad.

Aunque creas que estás ganando tiempo, en realidad te complicas trámites futuros porque te atrasarás en los documentos migratorios. Además, si realmente el tiempo es lo que te preocupa, no es mejor posponer hasta el último round, sino adelantar tu preparación. Si ya es muy tarde para hacer esto, puedes esperar y aplicar para otro semestre.

Además, debes de conocer bien la cantidad de gente que aplica en cada round para decir cuál es el más conveniente para ti de acuerdo a tus tiempos de preparación.

2. Recurrir al mismo profesor o supervisor que su colega porque saben que accederá a darles la carta de recomendación:

A veces puedes sentirte cohibido al pedirle la carta de recomendación a alguien porque da miedo que te la nieguen. Evita sentirte así, hay muchos que toman como un halago el que los elijas para un documento tan importante. En el caso de los profesores, es probable que ya hayan redactado alguna o varias cartas de recomendación antes y si tu jefe es de alguna empresa grande, también puede haberlo hecho.

Si un colega le ha pedido a un jefe o profesor una carta, abstente de pedirla tú. En primer lugar, porque si compiten por un lugar en el mismo programa, esa referencia estará perdida para ambos. Aunque puede parecer más fácil porque “ya tiene una idea de cómo escribirla” o “va a aceptar escribirla porque ya e la hizo al otro”, no es beneficioso. Cuando un “recomendador” escribe cartas simultáneamente, es muy probable que sea muy parecida y caiga en lo genérico.

Busca una buena carta aunque tardes más, te ayudará a hacer una mejor aplicación.

3. Usar el mismo CV que en el trabajo:

Cuando aplicas para un puesto, lo único que les interesa es ver otros cargos que has tenido y ver si esa experiencia es útil para la vacante que tienen. Por lo tanto, ese resume es corto y abunda poco en tu formación académica y anécdotas de vida.

Además, si no usas el mismo CV para dos puestos, ¿por qué usarías uno laboral para un lugar en una institución educativa? Algunas instituciones tienen requisitos específicos y sus guías son útiles. Es importante cuidar el formato tanto como el contenido.

4. Tomar “cursos intensivos” para el GRE/GMAT:

Si has llegado hasta este punto seguro que eres un buen estudiante y sabes que ningún conocimiento entra de un día para otro. El GRE y el GMAT son pruebas estandarizadas de conocimientos básicos, pero eso no quiere decir que sea fácil obtener un puntaje sobresaliente.

Muchos de estos cursos de excusan argumentando que te enseñan todos los trucos para contestar  en menos tiempo y pasar la prueba. Nosotros solo tenemos un truco: practica, practica, practica.

Así es, conocer el contenido importa, estudiar importa y conocer el formato importa. De cualquier forma, no obtendrás los resultados deseados si no tienes noción de tus fortalezas y debilidades, y una vez que sabes qué atacar, necesitas acompañamiento y práctica para sacar lo mejor de ti.

Si aún te sientes confundido sobre el tipo de preparación que sí serviría, te recomendamos que visites nuestro sitio http://scholasticaprep.com/ y te informes sobre nuestro método estratégico.

5. Saturar el ensayo:

Lamentablemente, en el sistema educativo son escasos los ejercicios de escritura de pensamiento crítico. Esto deja muchas deficiencias en el uso del lenguaje y la capacidad argumentativa aunque sean cualidades de suma importancia.

Por una parte, el ensayo es importante para que el comité de admisiones vea proyectadas en algo concreto esas habilidades que ya mencionamos. Aunque tu posgrado vaya a hacer un MBA y creas que solo necesitas ser bueno en la parte administrativa, es importante que un postulante  a máster tenga un buen desempeño verbal para poder comunicarse en trabajos, investigaciones y con posibles contactos profesionales.

En segundo lugar, pero no menos importante, el ensayo es uno de los documentos más íntimos y completos de tu aplicación. En él, se contiene tu voz, la perspectiva que tienes de ti mismo, las anécdotas de vida que reflejan tus cualidades y tu trayectoria. Esto ya lo saben muchos y, por ello, intentan meter en su redacción la mayor cantidad de información posible porque piensan que así quienes lo lean tendrán “una imagen más completa”.

No es así, un ensayo de ese tipo puede parecer desorganizado y tedioso. Decide qué imagen quieres dar y elige cuidadosamente lo que quieres contar, esto ayudará a tener una escritura coherente e interesante que juegue a tu favor y suba tus posibilidades de elegibilidad.



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