¿Por qué los cursos intensivos de GRE y GMAT no funcionan?
¿Estás preparándote para el examen GRE o el examen GMAT y tienes poco tiempo? Imagina lo siguiente. Las fechas límite para solicitar admisión a los posgrados y escuelas de negocios que te interesan están cerca y apenas te enteraste que las universidades solicitan el GRE (Graduate Records Examination) o el GMAT(Graduate Management Admission Test). Realizas una búsqueda rápida de opciones de cursos y decides en base a cuál agrupa en pocas semanas varias horas de preparación. Piensas que así, estarás listo más rápido para presentar el examen y podrás aplicar para la fecha límite. Has sido siempre un buen estudiante por lo que asumes que con un curso intensivo te será suficiente para obtener un puntaje competitivo. De hecho, si existe una opción en donde puedas estudiar en dos semanas, o unos cuantos fines de semana seis o siete horas seguidas, te parece todavía más conveniente.
La realidad es que los cursos intensivos del GMAT / GRE no funcionan en diversas situaciones, y solo te llevarán a invertir tiempo, esfuerzo y dinero para obtener puntajes poco o medianamente competitivos. La razón principal: estos exámenes son complicados. Aún más, un hispanoparlante promedio no está familiarizado con exámenes estandarizados, y está acostumbrado a no prepararse con tiempo para ellos. En esta entrada te compartiremos varios puntos que explicarán por qué un curso intensivo no es ideal.
No conoces el examen
Tal vez durante tu vida has presentado algunos exámenes estandarizados, probablemente la prueba PISA o el examen de admisión a la universidad sean tu única experiencia. El GRE y el GMAT no son los típicos exámenes que evalúan tu conocimiento, siendo así grandes retos que miden tus habilidades y capacidades en una situación de presión de tiempo. De entrada, te exigen un manejo ágil de conocimientos y estrategias propios de estas pruebas. Además, están en inglés, lo que le agrega un nivel de dificultad adicional al no ser tu primer idioma. ¿Qué es lo peor que puede pasar? No estar familiarizado con el examen. Si no conoces los tipos de pregunta, cómo se estructuran y cómo son, es poco lo que podrás aprender en un curso intensivo. Recuerda que el GRE y el GMAT son complicados en diversas áreas, y pueden desconcertarte y aturdirte si a la hora del examen apenas los conoces.
Lo anterior se relaciona con una razón: tu competencia directa de otras regiones del mundo está acostumbrada a estos exámenes y se preparan con suficiente antelación. Por tanto, el hispanoparlante promedio obtiene puntajes muy por debajo de la media internacional. Considera que la gran mayoría maneja inglés y matemáticas y se animan a presentar el examen apenas conociéndolo o ni siquiera conociéndolo. La estadística demuestra que esto no es lo adecuado.
¿Estrategias o conocimientos?
Cuando estudiaste la universidad y los niveles inferiores, ¿recuerdas cómo te preparabas para los exámenes finales? Probablemente hacías notas, memorizabas todo lo que podías o incluso a veces caías en la trampa de solo estudiar la noche anterior e ir desvelado al examen. Tal vez obtenías buenos resultados, o al menos decentes. Con el GMAT y el GRE no será así. Y es que, como ya se mencionó, son varios puntos los que complican a estas pruebas.
En los cursos intensivos, normalmente se te comparten estrategias específicas para el examen. No cabe duda que son muy útiles - mas no suficientes - para alcanzar un buen puntaje, ya que éstas te ayudan a reconocer las trampas que incluyen las respuestas incorrectas y te dan las herramientas para subir tus puntajes. Sin embargo, para que te ayuden a obtener un puntaje competitivo (aquel que te permita ingresar a las mejores universidades), necesitas tener los conocimientos base. Las estrategias por sí solas no te alcanzarán ni siquiera para obtener un puntaje mediocre.
El caso contrario, tener bases sólidas en razonamiento cuantitativo y verbal tampoco es suficiente para dominar el examen. Ya que debes responder todo el examen en un periodo de tiempo, una habilidad indispensable es realizar los ejercicios con rapidez y eficiencia, lo cual se adquiere únicamente practicando. Muchos ejercicios podrías resolverlos correctamente con solo conocimiento si tuvieras tres o más minutos. Sin embargo, durante el examen, tienes 60 o 90 segundos. Por tanto, si no conoces la manera eficiente de resolver cada tipo de ejercicio, también tu puntaje será mucho menor al que podrías alcanzar preparándote adecuadamente.
A menor tiempo, menor eficiencia
A pesar de que hay varias estrategias para estudiar durante largas horas y poder ser productivo sin perder la concentración, estudiar intensivamente representa desventajas en cuanto al manejo del tiempo y del enfoque durante el proceso. Mientras estudies, las distracciones no desaparecen. En un mundo tecnológico, la persona checa en promedio su celular cada 12 minutos, y estas distracciones duran en promedio de 5 y hasta 20 minutos.
Considerando que un estudio intensivo, digamos que de una semana, te exigirá al menos 30-40 horas. Es posible estudiar seguido 1 o 2 horas, pero tener que estudiar hasta 5 horas da por seguro que tendrás al menos estas distracciones y te tomarán más de 1 hora en total. Peor aún, esto se fomentará porque tu cerebro, mientras estudie por un tiempo muy prolongado, divagará más fácilmente. Imagina, por ejemplo, que estás en una clase típica de universidad. Puedes mantener la concentración una hora, dos horas te cuesta un poco más de trabajo. ¡Ahora piensa estar en la misma clase durante 5 horas diarias!
Por tanto, el tiempo prolongado favorecerá deficiencias de concentración y de enfoque, lo que se traducirá, a su vez, en menor eficiencia y eficacia. Mayores distracciones y menor productividad.
Todavía más, recuerda el burnout, un trastorno emocional causado justamente por el estrés que te puede generar la presión de estudiar muchas horas seguidas para tu examen. Esto representa una probabilidad de que, mientras más estudies, más te estreses y al examen llegarás saturado, con mucho estrés, lo que disminuirá tu desempeño.
Al prepararte, por tanto, debes buscar un balance entre las actividades que realices por día para darte tiempo de distraerte y concentrarte únicamente el tiempo que le dediques (máximo por periodos de hora y media y 2 horas), y que estudies durante un lapso de tiempo mayor (en días). Un curso intensivo te impide esto.
No empiezas igual que los demás
Los cursos intensivos, especialmente si son masivos, no se adaptan a tus necesidades y retos. Cada persona asistente tiene un nivel distinto de inicio, pero se “entiende” que todos saben lo mismo y de allí se parte. Al no haber tiempo de hacer un análisis un poco más profundo de tu perfil, se incrementa la probabilidad de que el aprendizaje que adquieras sea muy poco.
Es común: si te encuentras en un salón de clase con muchas personas, todas con niveles distintos de matemáticas e inglés es posible que ninguno de ustedes aprenda lo suficiente y al final del curso te queden bastantes dudas. O también, podría ser que estés muy avanzado, pero al comenzar en otro nivel, lo que adquiriste se volverá nulo porque ya sabrás lo que se compartirá. De allí que, antes de aprender sólo las estrategias y comenzar a hacer los ejercicios propios del GRE o GMAT, debes determinar tu nivel base de matemáticas e inglés para eliminar huecos de comprensión. Por el mismo motivo, es importante que tus profesores conozcan tal nivel y trabajen en conjunto un plan para que tu progreso sea estratégico. Esta es una ventaja que nunca podrá ofrecerse en cursos totalmente intensivos.
Tu competencia
Los resultados de estos exámenes estandarizados no tienen sentido si no hay un referente de comparación. No es una prueba donde a partir de cierto puntaje “apruebas” o “repruebas”, sino que mide tus habilidades con respecto al resto de los aplicantes. Por eso, cada test taker de cada test center es un candidato con el cual compites por tener el mejor puntaje posible. Lo que te hace competitivo es tu percentil - la proporción de candidatos a los cuales superaste en cuanto a puntuación - que hace frente con los percentiles de aplicantes de cada parte del mundo.
Considera, entonces, que las personas de diversos países se preparan aún más para estos exámenes, por lo que la competencia se hace difícil, e incluso imposible, si no tienes una estrategia y un plan de acción adecuados. Recuerda: Estudiar sólo un par de semanas es como pretender correr un maratón y querer llegar en los primeros lugares con sólo un par de semanas de preparación, mientras que los demás han corrido por años, practicando para este momento.
¿Qué hago entonces? ¿Qué me conviene?
La primera recomendación es evitar, en la medida de lo posible, cubrir los requisitos de admisión al posgrado de forma apresurada. Esto incluye a los exámenes GRE y GMAT. Un tiempo relativamente adecuado son 4 meses de preparación para los pruebas, pero lo ideal son 6 meses. Este tiempo te permitirá conocer tu nivel base, en cuanto a tus conocimientos y tu puntaje inicial en exámenes simulacro, y practicar lo necesario para alcanzar tu percentil objetivo. Además, podrás comenzar a nivelarte si comienzas en percentiles bajos, o practicar estrategias muy específicas que coadyuvarán a llegar a puntajes muy competitivos.
Elabora, asimismo, un calendario de trabajo en el que establezcas cuántas horas estudiarás al día, en qué momento debes alcanzar ciertos objetivos, y en el cual marques la fecha en la que presentarás el examen. Recuerda, finalmente, que las mejores puntuaciones sólo se adquieren practicando de manera estratégica, eficiente y eficaz. Esto solo se logra con un acompañamiento cercano y con experiencia, no solo en los exámenes, sino en educación. Este background permite elaborar planes de acción a tu medida, enfocados en tu perfil especialmente hispanoparlante, que propiciarán que avances a tu ritmo y metódicamente.
No está de más hacer énfasis en que uno de los factores más importantes en el éxito del test taker es tomar un curso para el GRE o GMAT de calidad. En Scholastica contamos con la metodología PREP, cuidadosamente desarrollada por egresados de Harvard con enfoque en el perfil hispanoparlante. El éxito de la metodología es el conocimiento y la cercanía con los estudiantes. Nuestros cursos te ofrecen la posibilidad de tener seguimiento hasta el día en que obtienes tu puntaje. Desde el inicio, tienes sesiones individuales de estrategia con tus profesores para determinar cómo estudiar, y te damos seguimiento para analizar tu plan de acción.
Parte de la flexibilidad otorgada por ser un curso online es que no necesitas vivir en una ciudad determinada para aprovecharlos. Hemos tenido estudiantes GRE o GMAT en Chile, México, Costa Rica y Estados Unidos, entre otros países a lo largo y ancho de Latinoamérica y Europa. Tal alcance geográfico implica aprovechar todas las ventajas que las Tecnologías de la Información aportan.
En Scholastica Prep nuestro objetivo es tu puntaje meta, y nuestro compromiso es darte todas las herramientas para ayudarte a conseguirlo. No te fíes en cualquier curso intensivo, sino confía en los expertos en procesos de admisión y exámenes estandarizados.