Como la pandemia ha cambiado la forma de estudiar
La pandemia ha representado un punto de quiebre en cuanto a la forma de impartir y absorber la información en la educación. Desde el cierre de actividades presenciales debido a la pandemia por Covid-19, la educación ha dado un vuelco dramático, las instituciones debieron implementar soluciones increíblemente rápidas y accesibles para seguir impartiendo clases, que se convirtieron en educación a distancia con el propósito de salvaguardar la salud de sus alumnos y personal.
Así pues, las escuelas implementaron plataformas online de videollamadas, como zoom y meet; y de comunicación, planeación y entrega de actividades como classroom, blackboard, etcétera, algunos incluso generaron sus propias plataformas institucionales. Al verse obligados a generar cambios, se remodeló incluso la forma de evaluar a los alumnos, las clases se graban y revisitan desde la nube, los exámenes tomaron nuevas formas, muchas de las grandes universidades los cancelaron, pospusieron o clasificaron como “no obligatorios”, sí, inclusive recortaron requisitos de ingreso.
Top MBAs with GMAT GRE waiver 2021-22: MBAs con exámenes estandarizados opcionales
Recientemente tuvimos la oportunidad de asistir virtualmente a un webinar organizado por Simalco en colaboración con McGill University: ¿De regreso a lo “normal”? impartido por el Profesor JP Ferguson, director académico del programa de MBA de Desautel, donde aprendimos que sin duda, algunos de los grandes retos han sido el proceso de capacitación de profesores para la utilización de plataformas educativas digitales, y la autogestión en cuanto a tiempos. La capacitación de personal, seguramente fue mucho más difícil debido a la inmediatez con la que tomaron las medidas, el desarrollo de plataformas fue apresurado y los alumnos también debieron acoplarse rápidamente a estas. En cuanto a la autogestión del tiempo, el quedarnos en casa modificó dramáticamente nuestros horarios, agendas y actividades, por lo que al no tener una clara división de espacios y desarrollarnos principalmente en lo virtual, nuestras actividades se han mezclado e incluso, hemos dedicado más tiempo a la escuela y el trabajo.
Tanto estudiantes como profesores especulan sobre la efectividad de las clases online, debido a diversas situaciones que les siembran dudas, entre las que destacan la ya mencionada falta de división temporal y de espacios, la fuga de atención debido a la facilidad de acceso a dispositivos tecnológicos, la mezcla de vida familiar-escolar-profesional, la exigencia de dedicar mayor cantidad de tiempo para el mantenimiento del hogar, etcétera.
Ahora bien, ya que nos han aplicado las vacunas y los semáforos tornan a luz verde, ¿qué nos depara el regreso a las aulas físicas?
Ante esto, John-Paul Ferguson (2022), director académico de los programas MBA en McGill University admite preocupación frente a la readaptación de los estudiantes no solo a las instalaciones, sino también a la convivencia entre ellos mismos. Ferguson (2022) menciona que, tras el regreso a clases presenciales en McGill University las generaciones que conviven en el campus son variadas. Algunas han pasado toda su experiencia universitaria online, mientras otros añoraban el regreso.
Para el director académico, es de suma importancia que los alumnos gocen de salud física y mental, por lo que se ha enfocado en la enseñanza activa de habilidades blandas para la comunicación en el cuerpo estudiantil y el apoyo a la sana socialización entre generaciones. Además, considera que la oferta educativa en cuanto a MBAs debe cambiar para suplir las necesidades de aquellos interesados en estos estudios y que difícilmente volveremos a una sociedad 100% presencial.
Mucho se ha hablado sobre la pandemia “adelantándonos a nuestro tiempo”, sobre “dar el salto definitivo a lo digital a raíz del SARS-coV-2”, lo cierto es que hemos adaptado y extendido el uso de estas tecnologías de acuerdo a nuestras necesidades. En el camino, instituciones académicas y empresas han notado los beneficios y fluctuaciones de los modelos puestos en práctica,; algunas empresas notaron que su giro les permite trabajar 100% en línea, prescindiendo de la renta de oficinas; algunos empleados consiguieron trabajos online en el extranjero, mejorando su calidad de vida; muchos estudiantes redujeron costos en transporte, entre otras situaciones.
También se ha hablado de un sentimiento general de decadencia en la salud mental, descenso de interacción con otras personas, además de una consecuente preocupación por el desarrollo social de niños y adolescentes. Muchos otros apoyan la posición de Ferguson, la presencialidad y el desarrollo de actividades en línea se entrelazarán en la nueva normalidad, ni la presencialidad ni nuestro espacio en línea será o será percibido como antes de este punto de inflexión, difícilmente volveremos a una sociedad 100% presencial.
La pandemia y las medidas ante esta nos han obligado a sacarle el mayor provecho posible a las herramientas que tenemos al alcance y diseñar nuevas para satisfacer nuestras recientes necesidades. La educación, al igual que todas las demás áreas de nuestra vida ha sido fuertemente afectado y modificado, hemos adquirido nuevos conocimientos útiles, y reorganizado nuestras prioridades. Nos queda reflexionar sobre lo que debe mantenerse en la nueva normalidad, sobre lo que funciona y no funciona de los sistemas implementados para mejorar nuestra productividad y calidad de vida.
REFERENCIAS
Ferguson. J., P. (2022). A return to “normal”? Management in a remote world. [Webinar]. SIMALCO, McGill University. https://zoom.us/webinar/register/7116420114373/WN_2T-LemZiSOu8_4HS3PTUzA
Ritchie. D. (2021). How the Pandemic Brought Permanent Changes to Education. Readwrite. https://readwrite.com/2021/10/12/pandemic-education-changes/